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Volver, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien...
Así nos cantaba Gardel en uno de sus tangos más internacionales. Y en eso es en lo que piensas cuando estás lejos de España, de tu tierra, de tus costumbres...
Recientemente y por trabajo, he tenido que estar fuera durante más tiempo del que me hubiera gustado y sí, a pesar de estar en un lugar paradisiaco y rodeada de gente maravillosa, con poco tiempo para el ocio, todo hay que decirlo, he echado muchísimo de menos a mi gente, a mi tierra y a mis vinos.
He tenido oportunidad de probar otros vinos, otros licores, otra gastronomía, otras fiestas... Y sinceramente me han sorprendido las costumbres, las reuniones, la hospitalidad, los vinos californianos: rosados y blancos, afrutados, frescos... pero me moría por uno de nuestros tintos: fuertes, con carácter, con matices.
Regresaba horas antes, con el "jet lag" a cuestas, pero no pude reprimir las ganas de disfrutar de una de las presentaciones más esperadas: la de los vinos de Bodegas Bocopa en el Hotel Barceló.
Escuchar a Gaspar Tomás, director de la Bodega, hablar de Mediterranía, de nuestro sol, de nuestra tierra... a la vez que disfrutaba de un Marina Espumante...
Tomar un Marina Alta y descubrir sus Laudum. El blanco, un Chardonay fermentado en barrica; y el tinto, Laudum Roble, un coupage de Monastrell al 70% y 30% de Syrah con 4 meses de crianza en barricas de roble frances, americano y húngaro.
Degustar su Fondillón Alone del '87.
Degustar su Fondillón Alone del '87.
Imagino que para los allí presentes fue muy agradable, pero para mí lo fue especialmente. Por la calidad de sus vinos, principalmente, por la atención de toda la plantilla, mención especial para Eva Mittermuller, por el reencuentro con mi gente, pero con el valor añadido de mis ganas de disfrutar de los vinos valencianos. Con mis ganas de disfrutar de un Laudum Roble al que además se añadía otra de mis pasiones, el diseño. Su botella es una columna romana diseñada por Nacho Lavernia.
Gracias Bodegas Bocopa por regalarme ese momento, por hacerme sentir de nuevo en casa, por compartir vuestros vinos. Gracias.
