Mestres desarrollo con una inquebrantable fortaleza el concepto de producto de proximidad, de kilómetro cero y lo hizo 30 años antes de que se acuñaran. Su importancia es determinante para comprender el viaje al futuro que emprendió el campo valenciano hace ya algunas décadas. Estableció su primera tienda en la Malvarrosa y abrió hasta cinco establecimientos, en todos ellos el vino valenciano tuvo un espacio determinante, algo inusual en esas fechas. Pero de un modo progresivo otros bodegueros siguieron la estela de Mestres y poco a poco el vino valenciano adquirió presencia en anaqueles y estanterías. Y fruto de esa chispa evolutiva fundó en 1984 la asociación ‘Els Bodeguers’ con otros ocho compañeros de profesión. Tres años después organizó la primera Mostra de vinos que lideró durante 25 años.
Fundó PROAVA en 1993 y la presidió hasta 2013, desde esta plataforma tejió vínculos entre los sectores productivos y los circuitos de venta y ese engranaje primigenio evolucionó hasta consolidar un ecosistema que se ha revelado como un modelo de éxito. Un modelo que disparó la producción y sacó al vino valenciano de los toneles de venta a granel para conducirlo a cosechar grandes premios internacionales.
El legado de Mestres es inmenso y hoy todo el sector está de luto. PROAVA ha expresado su gratitud y reconocimiento a la figura de Mestres en los últimos años mediante numerosos reconocimientos y hoy se muestra huérfana de padre. “Un padre puede no ser siempre un mentor, pero un mentor siempre tiene algo de padre y de este modo hemos sentido a Eduardo Mestres, un hombre libre que siempre se expresó con vehemencia, que se ganó el respeto y la admiración de todos los que tuvieron el privilegio de conocerle” señala Rosa Vázquez, directora técnica de PROAVA.
Desde PROAVA se informa que su despedida será hoy jueves a las 13:00 horas en el Tanatorio Municipal de Valencia y la misa funeral a las 16:15 horas.