Fue en el espacio de la Térmica Cultural donde Carlos Martín, presidente de FECOES, le hizo entrega del galardón en reconocimiento de una trayectoria cargada de éxitos, con premios nacionales e internacionales tanto a sus vinos como a su bodega, Hispano Suizas, y a él mismo, no en vano recordó que hace tres años el portal Verema ya le había reconocido como Personaje del Mundo del Vino en España de 2021.
Pablo Ossorio inicia sus estudios en la Escuela de Enología de Requena (Valencia) y desde ahí ha forjado una carrera que le ha llevado a trabajar en Italia y Argentina, primero, y después a elaborar vinos en las principales regiones de España.
Como él dice, su “base de operaciones” es Requena donde tiene su hogar y su familia, y donde es socio del proyecto más innovador de la Comunidad Valenciana, Bodegas Hispano Suizas, donde en compañía de su socio Rafa Navarro han revolucionado los DO Cava y los vinos valencianos de Requena.
En su labor profesional también es consultor enológico en bodegas de la DOP Valencia, así como en Jumilla o en Rioja, Cava, Ribera del Duero, Rías Baixas, Bierzo, etc.
Esta labor la combina con su actividad pedagógica en diversos másters y cursos relacionados con la elaboración de vinos innovadores, la gestión de bodegas y la promoción de los vinos, así como diseñador y creador de proyectos de nuevas bodegas.
Dijo sentirse emocionado como nunca porque pese a haber recogido muchos reconocimientos en su carrera, porque “este, además de ser un premio nacional que te lo den en tu tierra, junto a mis padres y mi familia, es lo más grande”.
Ossorio recordó cómo Luis Maique le mostró el camino en 1991, “y que seguro que habría estado hoy aquí”, y cómo un grupo de ponferradinos de la misma generación desarrolló sus estudios en Requena y ahora han revolucionado el mundo del vino no sólo en El Bierzo sino en España. “Algunos dicen que somos como la Quinta del Buitre en el mundo del vino… El capitán es Raúl Pérez, Raulín, que es un número uno, pero también están Amancio Fernández, Jorque Peique, Rubén Magallanes… unos chavales que coincidimos allí y que tenemos en común una nueva visión de lo que tiene que ser la profesión de enólogo, salir del laboratorio para pisar la viña, para estar en las catas, en las presentaciones, en las ferias…”
Sostiene que “los enólogos ahora tenemos que estar viendo lo que el público demanda para hacer los mejores vinos para ellos, conociendo lo que se hace en todo el mundo, las variedades que mejor se adaptan a las diferentes zonas, las elaboraciones más innovadoras”. Señaló que en la profesión hay que probar muchas cosas y arriesgar, quitarse los complejos, algo que él ha convertido en casos de éxito como lo logrado con sus cavas Tantum Ergo, alguno con 100 puntos en revistas especializadas, con los vinos de Utiel-Requena o recientemente con el primer Albariño Mediterráneo, el Casa Julia, haciendo de la necesidad virtud con el cambio climático.