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Hoy celebramos el Día Internacional de la Mujer y como no podía ser de otra manera me he puesto a pensar en el papel de la mujer en el mundo del vino.
Desde el principio de los tiempos, en las zonas vitivinícolas las mujeres participan del trabajo en el campo "ayudando" en las tareas propias de la vid: sarmentar, el rayuelo... y por supuesto la vendimia, en la que un par de manos, del género que sean, siempre son de gran ayuda. Y no solo las de las mujeres, sino las de todos los integrantes familiares. No hace mucho tiempo en determinadas zonas donde se cultiva la vid, incluso los niños disponían de "permisos especiales" para faltar a clase durante la recolecta de la mayor fuente de ingresos de la zona, la vendimia.
Las escuelas de enología tardaron un poco más en encontrar féminas entre sus aulas, pero las cosas están cambiando. Bodegas y cooperativas apuestan por reclutar mujeres para elaborar sus vinos, como sumilleres, e incluso en muchas bodegas consagradas el relevo generacional se escribe con nombre de mujer.
Existen concursos y premios para los vinos elaborados por mujeres, aunque sinceramente no considero que deba ser motivo para separar, sino para superarse.
Por el momento, como en la alta cocina, los grandes gurús del vino suelen ser hombres, aunque las mujeres cobran cada vez más relevancia en este sector en nuestro país, incluso como consumidoras.
Siempre es motivo de alegría compartir una botella de vino, elaborada o no por una mujer, pero coincidirás conmigo en que pocas cosas hay tan alegres como un pasodoble, así que hoy en la celebración del Día de la Mujer Trabajadora, como no podía ser de otra manera, os invito a escuchar Mujeres y Vino, una melodía internacional ¡Viva el Vino y las Mujeres!
El mundo del vino sigue siendo un mundo de hombres, pero las cosas van cambiando.
Felicidades mujeres, porque somos capaces de hacer lo mismo que ellos, pero... ¡Con dos tacones!
Imagen. allonavarra.com
