Buscar un vino de Bobal de calidad y mantenga la tipicidad de la uva se está convirtiendo en una tarea fácil, sobre todo si la procedencia es de la DO Utiel-Requena, no obstante siempre hay diferencias entre cada elaborador. Hoy catamos Caprasia Bobal 2015 de Viñedos y Bodegas Vegalfaro.
Hay que conocer a Rodolfo Valiente para entender su filosofía al hacer vinos, es un tipo serio, que se toma su trabajo con dedicación y con afán de superación. Elaborar vinos y además hacerlos para que los consumidores sepan entenderlos no es tarea fácil pero Rodolfo lo ha conseguido y apostar por la uva Bobal con la gama Caprasia ha sido uno de los grandes éxitos de la bodega en los últimos años.
Caprasia Bobal 2015 crianza en ánfora es un vino proveniente de parcelas con selección de viñas de más de 60 años. Cultivados en vaso con suelos arcillosos y subsuelos arenosos, estas viñas tienen un rendimiento bajo pero de excelente calidad.
Elaborado por el método tradicional, para no perder la tipicidad de la uva, Caprasia Bobal 2015 se somete a una prefermentación a baja temperatura en depósitos de acero, donde al terminar la misma, parte, es trasegado a barricas de roble centro europeo, de tostado ligero durante 14 meses, donde además realiza la fermentación maloláctica y el resto en ánforas de terracota de 150 litros, donde pasan 5 meses para posteriormente efectuar el ensamblaje y posterior embotellado.
En nuestra cata de Caprasia Bobal 2015 Crianza en ánfora descubrimos un vino de un color violáceo intenso, capa alta, graso en la copa. Aunque le dimos un paso por la nevera en el momento de servicio estaba sobre unos 12ºC, pero dejamos que alcanzara unos 15º-16ºC para poder ser testigos de los aromas que desprendía, así pues encontramos notas a fruta roja fresca, arándanos y frambuesas mezclados con ciertas notas mentoladas. Tras un breve periodo en la copa y agitando el vino empiezan a aparecer tostados y recuerdos minerales como el grafito, pero siempre hay una sensación de frescura presente.
Su paso por boca no pasa desapercibido, inicialmente la entrada es bastante brusca, hay algo de rusticidad que desaparece con el paladeo del vino al interior de la boca, afinándo ese tanino, inicialmente apreciable, a sensaciones más suaves, pero sin perder el carácter. Tiene un postgusto medio y hay recuerdos muy afrutados y balsámicos que lo hacen sabroso.
Podríamos decir que el carácter y la rusticidad de la uva Bobal no se pierden en esta elaboración, pero tampoco hay elementos de una crianza larga en barrica que disfracen la fruta y los suaves balsámicos que de por si nos ofrece esta variedad.
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