El 17 de abril se celebraba el Día Mundial de la Malbec, una variedad de uva originaria del sudoeste frances utilizada para la elaboración de vinos tintos.
Conocida en Francia con el nombre de Cot, fue introducida por monsieur Malbeck en Sainte-Eulalie d'Ambarès fruto del injerto de dos variedades: Magdeleine noir de Charentes x prunelard, una uva de mesa, y una antigüa variedad de Galliac.
En el siglo XIX su cultivo se extiende a Argentina que curiosamente se ha convertido en el primer productor mundial de malbec, seguido por Francia, Italia, España, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
En la actualidad se ha convertido en la variedad más cultivada en Argentina, casi en su totalidad en la región de Mendoza. Incluso hay quien se atreve a decir que la malbec argentina es la mejor del mundo por las condiciones que encuentra en esta provincia.
Esta semana, con motivo de la celebración, he tenido ocasión de asistir a un par de catas:
Conocida en Francia con el nombre de Cot, fue introducida por monsieur Malbeck en Sainte-Eulalie d'Ambarès fruto del injerto de dos variedades: Magdeleine noir de Charentes x prunelard, una uva de mesa, y una antigüa variedad de Galliac.
En el siglo XIX su cultivo se extiende a Argentina que curiosamente se ha convertido en el primer productor mundial de malbec, seguido por Francia, Italia, España, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
En la actualidad se ha convertido en la variedad más cultivada en Argentina, casi en su totalidad en la región de Mendoza. Incluso hay quien se atreve a decir que la malbec argentina es la mejor del mundo por las condiciones que encuentra en esta provincia.
Esta semana, con motivo de la celebración, he tenido ocasión de asistir a un par de catas:
En la primera a cargo de Javier Prats tuve la ocasión de probar un malbec de Vera de Estenas: Casa Don Ángel. Intenso color granate con reflejos violáceos, de capa alta y lágrimas untuosas, con una ligera pigmentación, y aromas a frutas rojas compotadas, hojas de tabaco... Tras agitar la copa aparece con intensidad el aroma de toffe y tierra mojada. En boca es fresco, ligero en tanino y algo amarescente, propio de la variedad. Tiene un final largo y potente de cedros y flores secas.
La cata era en La Ajedrea Bistro, en Manises y además del malbec de Vera de Estenas, Javier nos ofrecía cuatro vinos más: Rosado 2014 de Vera de Estenas, un rojo rubí de bobal que recuerda gominolas y piruletas, fresco y afrutado; un Enrique Mendoza 2013, de Bodegas Mendoza, un Monastrell de capa media de aromas a fruta roja con toques ahumados y final torrefacto; Flor de Clotàs 2011 de Bodega Flors, un tempranillo cereza picota de capa medio alta, balsámico con notas de cacao y frutos rojos en compota, goloso, de tanino redondo y larga persistencia en boca. Y el Nodus de Autor de Bodegas Nodus, un coupage de merlot, cabernet sauvignon, syrah y bobal, rico en taninos y lleno de fruta y tostados de barrica.
Abarcaba así con la muestra las denominaciones de Alicante, Castellón y Utiel-Requena.
Para quién no haya asistido a alguna de sus catas diré que Javier tiene una nariz privilegiada capaz de sacar aromas que ciertamente reconoces, pero además tiene la capacidad de hablar con naturalidad, para entendidos o no, sobre multitud de aspectos que en otro tipo de catas más formales se obvian. Y todo ello en un lenguaje sencillo, fácil de entender, con el que trasmite su pasión por el vino.
Varias eran las personas que asistían por primera vez a una cata y salieron encantados con la experiencia, pero igual de encantados se iban los veteranos.
De otra parte, tuve ocasión de probar un malbec argentino de Bodegas Argenceres de Mendoza, en Argentina: Lágrima Malbec Selecto reserva 2010, en Espacio 40-Vinos de Chile, donde tendré que catar más vino argentino porque de momento, en mi marcador, va ganando el valenciano.
La cata era en La Ajedrea Bistro, en Manises y además del malbec de Vera de Estenas, Javier nos ofrecía cuatro vinos más: Rosado 2014 de Vera de Estenas, un rojo rubí de bobal que recuerda gominolas y piruletas, fresco y afrutado; un Enrique Mendoza 2013, de Bodegas Mendoza, un Monastrell de capa media de aromas a fruta roja con toques ahumados y final torrefacto; Flor de Clotàs 2011 de Bodega Flors, un tempranillo cereza picota de capa medio alta, balsámico con notas de cacao y frutos rojos en compota, goloso, de tanino redondo y larga persistencia en boca. Y el Nodus de Autor de Bodegas Nodus, un coupage de merlot, cabernet sauvignon, syrah y bobal, rico en taninos y lleno de fruta y tostados de barrica.
Abarcaba así con la muestra las denominaciones de Alicante, Castellón y Utiel-Requena.
Para quién no haya asistido a alguna de sus catas diré que Javier tiene una nariz privilegiada capaz de sacar aromas que ciertamente reconoces, pero además tiene la capacidad de hablar con naturalidad, para entendidos o no, sobre multitud de aspectos que en otro tipo de catas más formales se obvian. Y todo ello en un lenguaje sencillo, fácil de entender, con el que trasmite su pasión por el vino.
Varias eran las personas que asistían por primera vez a una cata y salieron encantados con la experiencia, pero igual de encantados se iban los veteranos.
De otra parte, tuve ocasión de probar un malbec argentino de Bodegas Argenceres de Mendoza, en Argentina: Lágrima Malbec Selecto reserva 2010, en Espacio 40-Vinos de Chile, donde tendré que catar más vino argentino porque de momento, en mi marcador, va ganando el valenciano.
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